Por John Loftness
Todas las parejas pelean. Estilos de conflictos quizás serán
diferente, pero la desavenencia es inevitable. Esto es verdad para dos
personas quienes se relacionan cercanamente, sean compañeros de cuarto,
compañeros de trabajo, hermanos, o compañeros de laboratorio. Pero como
el matrimonio es una relación bien intima, peleas entre esposos y
esposas son unas de las mas intensas peleas.
Nancy y yo descubrimos esto pronto después de casarnos. Ella
estaba acostumbrada a las guerras frías, Y yo estaba acostumbrado a las
debates al estilo de Churchill en los pisos del parlamento. Cuando los
conflictos se desarrollaban, ella corría detrás de su Pared de Berlín de
silencio mientras que yo me lanceaba en un debate emocional. Yo la
intimidaba y me volvía frustrado. Los conflictos se ponían peor.
Entonces nos pusimos de acuerdo los dos y buscamos en la Biblia a
como obtener sabiduría de esto. Comenzamos a realizar que nuestro
estilos de tratar un conflicto reflexionaba diseños de vivir mundana que
necesitaban cambio. Nos preguntábamos estas preguntas: ¿que es lo que
significa para el esposo amar a su esposa en medio de una pelea? ¿Que es
lo que significa para la esposa a someterse a su marido en vez de ella
querer agarrar el próximo avión fuera de la ciudad? ¿Que es lo que
significa al “no se ponga el sol sobre vuestro enojo”? ¿Como es que “la
blanda repuesta quita la ira”? Oramos juntos sobre estas cuestiones y le
pedimos a Dios que nos ayudara a aplicar principios Bíblicos. También,
le pedimos a que nos ayudara a resolver los conflictos mas rápido y
aprender algo productivo de cada uno.
En efecto, lo que hicimos fue practicar las disciplinas
espirituales de meditar en la palabra de Dios con el propósito de
cambiar nuestra forma de pensar... y nuestra vidas.
“¿Porque
es que el ingreso de la Palabra de Dios nos deja tan desapasionados, y
porque no tenemos mas éxito en nuestra vida espiritual? El pastor
puritano Tomas Watson tiene la respuesta. ‘La razón porque nos volvemos
desapasionados en leer la Palabra es porque no nos calentamos en el
fuego de la meditacion.” [1]
—Donald Whitney
“Cesa permitirte estar moldeado por medio del espíritu de este mundo,
sino continua estar transformada en tu alma por medio de la renovación
de tu mente," dijo Pablo a los Romanos.[2]
En nuestros conflictos matrimoniales, mi mente fue moldeada a pelear
egoístamente, y en forma agresiva que le dolía a Nancy y lastimaba
nuestra relación. ¿Como ocurre esto? El “espíritu de este mundo” usaba
ejemplos del pasado y experiencias que hacían creer que esta era la
forma de pelear. Mi mente adoptaba métodos manipuladores en vez del
claro mandamiento de la Biblia que es ser “amable, no contencioso” (1Tim
3:3). Aunque yo estaba fuera de línea, mi comportamiento no era único.
Muy seguido nuestros pensamientos se conforman a los diseños del mundo y
ni los damos cuenta.
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