Dios de Israel, tú, con tu
extraordinario poder, has creado el cielo y la tierra. ¡No hay nada que tú no
puedas hacer! 18 Demuestras tu gran amor a miles de
personas, pero también castigas a los hijos por el pecado de sus padres. ¡Tú
eres grande y poderoso! ¡Por eso te llaman Dios del universo! 19 Tus planes son maravillosos, pero aún más maravilloso
es todo lo que haces. Tú estás al tanto de todo lo que hacemos, y a cada uno
nos das lo que merecen nuestras acciones Jeremías 32.17-19
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Con frecuencia, cuando lidiamos con personas difíciles, es fácil
formarse juicios acerca de ellas por sus acciones. Pero ¿alguna vez se
ha detenido usted a pensar qué ha hecho antipática o necia a esa
persona?
Cuando la Biblia dice que Dios "castiga la maldad de los padres en
sus hijos" (v. 18), está hablando de ciclos generacionales de pecado. A
menos que alguien del linaje de la familia tome la decisión deliberada
de cambiar, la conducta pecaminosa y disfuncional se transmitirá de
padres a hijos durante muchas generaciones.
Esto es, en realidad, solo una confirmación del principio de la
siembra y la cosecha. Transmitimos los patrones de conducta y los
rasgos de carácter que recibimos de nuestros padres. Si no estamos
dispuestos a cambiar nuestras costumbres y actitudes pecaminosas, es
muy probable que ellas se reflejen en las vidas de nuestros hijos.
Lo que es cierto para el pecado, lo es también para las heridas.
Cuando un niño es herido emocionalmente, su conducta y su carácter
pueden verse afectados negativamente. Con esto en mente, piense en una
persona difícil que usted conoce. ¿Qué heridas cree usted que moldearon
su vida? Un corazón compasivo tiene su origen en la disposición de
identificarse con los sentimientos de quienes han sido heridos. Esto no
excusa el pecado de alguien, pero sí nos ensancha el corazón hacia esa
persona.
¿Y usted? ¿Han contribuido las heridas de su infancia a ser lo que
es hoy? Si usted no se ha ocupado de ellas, es probable que transmita
esas mismas heridas a sus hijos. Pero, con la ayuda de Dios, puede
romper este ciclo y comenzar uno nuevo para beneficio de las futuras
generaciones.
Por: Ministerios en Contacto
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