VERSICULO DE HOY
| Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Isaías 41:10 |
martes, 31 de julio de 2012
NOTIFICACIÓN DE RETIRADA
Lectura: Hechos 3:13-21
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados… —Hechos 3:19
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados… —Hechos 3:19
En
2010, los fabricantes de automóviles retiraron del mercado la
exorbitante cantidad de 20 millones de coches en los Estados Unidos por
diversos defectos. Es tremendo pensar en tantos automóviles defectuosos
en las carreteras. Pero lo más perturbador es la apatía de algunos
dueños.
En una ocasión, el director del Centro de Seguridad Vial advirtió: «La
reparación es gratuita. Háganla. Puede salvarles la vida». Sin embargo, a
pesar del riesgo, el treinta por ciento nunca respondió.
Asimismo, muchos ignoran la «notificación de retirada» para todo el género humano. A diferencia del defecto de los autos, la falla moral de la humanidad no es culpa del Fabricante. Él hizo todo «bueno en gran manera» (Génesis 1:31), pero el pecado de los seres humanos lo arruinó. Dios nos ofrece esto: «… arrepentíos […], para que sean borrados vuestros pecados» (Hechos 3:19).
Dios no ofrece simplemente una reparación gratuita del corazón humano, sino un reemplazo total (Ezequiel 36:26; 2 Corintios 5:17). Aunque el regalo es gratis (Efesios 2:8-9), a Dios le costó la vida de su único Hijo, Jesucristo. «[Jesús] llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:24).
No ignores el llamado de Dios. ¡El remedio gratuito y permanente que Él te ofrece para tu defecto espiritual te salvará la vida!
Asimismo, muchos ignoran la «notificación de retirada» para todo el género humano. A diferencia del defecto de los autos, la falla moral de la humanidad no es culpa del Fabricante. Él hizo todo «bueno en gran manera» (Génesis 1:31), pero el pecado de los seres humanos lo arruinó. Dios nos ofrece esto: «… arrepentíos […], para que sean borrados vuestros pecados» (Hechos 3:19).
Dios no ofrece simplemente una reparación gratuita del corazón humano, sino un reemplazo total (Ezequiel 36:26; 2 Corintios 5:17). Aunque el regalo es gratis (Efesios 2:8-9), a Dios le costó la vida de su único Hijo, Jesucristo. «[Jesús] llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados» (1 Pedro 2:24).
No ignores el llamado de Dios. ¡El remedio gratuito y permanente que Él te ofrece para tu defecto espiritual te salvará la vida!
—CPH
Para un nuevo comienzo, pídele a Dios un nuevo corazón.
POR : NUESTRO PAN DIARIO
http://rbclatino.org/
jueves, 19 de julio de 2012
sábado, 7 de julio de 2012
MIRAR ATRÁS
Lectura: Génesis 48:8-16
… Dios […] me mantiene desde que yo soy hasta este día. —Génesis 48:15
Dios tiene un itinerario para cada uno de nosotros, una «carrera» que debemos correr (ver Hechos 20:24 y 2 Timoteo 4:7). Nuestra ruta ha sido establecida en los concilios celestiales y está arraigada en los propósitos soberanos de Dios.
Sin embargo, nuestras elecciones son importantes. Todos los días tomamos decisiones, pequeñas y grandes, algunas de las cuales tienen consecuencias que transforman la vida. La pregunta (independientemente del desconcertante misterio de la soberanía de Dios y el albedrío humano) es esta: ¿Cómo podemos discernir la carrera que tenemos que correr?
Ahora que soy más viejo y tengo más cosas del pasado en las cuales reflexionar, la respuesta me resulta también más clara. Al mirar atrás, veo que Dios me ha guiado todo el camino. Puedo decir con confianza: «… Dios que ha sido mi pastor toda mi vida hasta este día» (Génesis 48:15 lbla). Aunque el presente está rodeado de nubes y no sé qué traerá aparejado el futuro, tengo la certeza de que el Pastor me mostrará el camino. Mi tarea es seguirlo a Él con amor y obediencia, y confiarle cada paso del trayecto.
Podemos confiarle nuestro futuro desconocido al Dios omnisciente.
POR: NUESTRO PAN DIARIO
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